…EL COMIENZO DEL UNIVERSO, EL DESCUBRIMIENTO DEL AMOR…. HAVNATT Y VIIMA

Nota del Autor: Existe un álbum recopilatorio que engloba canciones muy interesantes y particularmente encantadoras, el álbum se titula “Whom the moon a nightsong sings” y corresponde al género del Folk Metal, algunas canciones del álbum en cuestión fueron escuchadas al momento de escribir el siguiente relato, los nombres propios que aquí aparecen están basados en agrupaciones musicales del mismo recopilatorio debido al concepto artístico que representan, pero no pretenden ningún tipo de plagio contra los nombres originales

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«Siempre he girado en ésta enorme órbita elíptica, no recuerdo cual número de vuelta estoy cursando ahora, pero probablemente pase del cuatrocientos sesenta y dos, ya que es la cuatrocientas sesenta y tres vez que veo la galaxia de Nebelung a lo lejos; soy sólo una luna cualquiera, con sus cráteres y sin brillo propio, como cualquiera de las otras once lunas que rodeamos el planeta de Orplid, aunque claro, nuestras órbitas son diferentes respecto a la circunferencia.

Las estrellas siempre me están susurrando palabras que puedo interpretar, así que no te preocupes, no estoy sola en ésta inmensidad oscura e ingrávida aunque me siento vacía porque nadie habita en mí, creo que no es fácil soportar el vacío del universo y permanecer en él hasta morir, aún no comprendo mi vida, si es que tengo un final que me espera y cómo será, sólo sé que debo seguir mi órbita sin romper el curso, eso me han dicho las estrellas.

El equilibrio es importante, el sol está al fondo del cosmos pero sé que hay vida más allá de él y otras galaxias, en general todos somos formas de vida, desde una minúscula partícula de polvo cósmica hasta una enorme constelación o galaxia y, aunque parecemos inertes a la visión del tiempo, realmente tenemos movimiento y avanzamos también durante su curso.

Soy Viima, la novena luna de Orplid y circundamos todas las lunas, Orplid y otros cuatro planetas en la galaxia de Dornenreich pero cada “daimona”, así es como le denominamos a una vuelta completa alrededor de nuestro planeta… bueno, cada daimona desde que crucé la cuatrocientos veintiuno he visto cerca de Nebelung un planeta tan hermoso, deberías verlo, es tan azul y claro como el resplandor de una estrella y cada aurora boreal destella todos los colores que existen en el espacio; he podido saber que las estrellas fugaces danzan a su alrededor en todos los daimonas y que él les regala polvos cósmicos que perfuman su órbita con las esencias más increíbles, me han dicho que tiene un brillo tan encantador que incluso los asteroides se han derretido al verlo y que han quedado flotando como agua vertida en el espacio.

Los planetas tienen gravedad para atraer a sus lunas, Orplid nos tiene a nosotras, pero Havnatt, el planeta hermoso, no tiene ninguna luna, eso significa que no tiene gravedad para atraerlas y hacerlas girar a su alrededor.

Cuando fue mi último eclipse estaba alineada así: Orplid-Viima-Estrella Lúcida-Sol y Havnatt quedó en su punto más cercano al sol, pude ver que los rumores eran reales, sus colores brillan con su resplandor y hasta se crea una mística niebla a su alrededor que embellece toda su galaxia, Nebelung es hermosa sólo por Havnatt, creo que estoy enamorada, no lo sé mis cráteres se han embebido de ilusiones, mi órbita se ha descompuesto y mi sensación de vacío se ha olvidado, desde que vi a Havnatt.

Pregunté a las estrellas que rumoran, cómo podría acelerar el tiempo para que llegara mi próximo eclipse y se han reído de mí, dicen que sólo tengo un eclipse cada ochenta daimonas pero ya es suficiente, no puedo esperar más.

-Oh, estrellas luminosas, decidme, ¿Cómo puedo romper el ciclo y viajar a Nebelung para girar en Havnatt?
-Querida… no puedes hacerlo, las lunas giran, no pueden simplemente escapar, romperías el equilibrio y el universo quizás colapsaría.

Al saber que arriesgaría todo (la vida que no sabía que tenía, mi seguridad en Orplid, mi tiempo del pasado, mi futuro e incluso la estabilidad del cosmos por las colisiones siderales), me quedé quieta y seguí girando por cuatro daimonas más, cavilando la situación, pero cuando el cometa “Welten” pasó por mi cielo y me susurró en palabras de fuego que Havnatt esperaba desesperadamente mi eclipse para mandarme sus colores y hacerme suya aún con su ingravidad y yo sería la primera luna de su circundante espacio vacío, pues él se encontraba como yo vacío, hasta verme en el eclipse anterior; entonces tomé la decisión de enfrentar el vacío y aferrarme a lo desconocido, no importa si colapsa una luna (yo, por ejemplo), ó si colisionan los planetas, si las órbitas se rasgan y las estrellas lloran, si estoy a su lado un segundo antes de la explosión final, estará bien porque sé que después de ello el universo se formará de nuevo, siempre está en constante cambio sin detenerse y sin que nos demos cuenta, además él dará vida a nuevos planetas y formas de vida, con seres de luz y oscuridad de múltiples colores que buscarán el amor, como lo hemos hecho nosotros.”

jgm

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